Las terapias energéticas

Como ya se ha visto, los seres vivos poseen un campo electromagnético. Dicho campo es un sistema de frecuencias muy sofisticado que sostiene el correcto funcionamiento bioquímico así como el equilibrio biológico y psíquico. Según la interacción, más o menos conflictiva con el entorno, estas frecuencias pueden ser alteradas y afectar al equilibrio mental, emocional o físico. Dado que el campo electromagnético es un conjunto de sectores intercomunicados, toda alteración de sectores de alta frecuencia (psiquismo, emoción…) no restaurada puede extenderse a sectores de frecuencias media o baja (función física).Es decir, la interacción con el entorno desencadena una alteración psico-emocional que, de no resolverse satisfactoriamente, puede tener consecuencias somáticas sobre las funciones físicas y producir la enfermedad.

La energía fluye en el interior del sistema orgánico siendo conducida por los trayectos nerviosos, a los cuales las teorías orientales denominaron “meridianos”.También la “teoría de los chakras” afirma que cada uno de estos centros sutiles gobierna un área del cuerpo y se relaciona con una particular glándula de secreción endocrina.
Al estudiar el sistema nervioso y los ganglios autónomos, podemos establecer la coincidencia entre la ubicación de los denominados “chakras” de la filosofía hindú y los plexos nerviosos, ubicados a lo largo de la columna vertebral. Siguiendo el trayecto de los nervios eferentes hasta los órganos y músculos que inervan, podemos comprender por qué, al relajar el plexo que los reúne, los órganos que reciben dicha conducción nerviosa optimizan sus capacidades autocurativas. El estado de salud depende, por tanto, de la libre circulación de la energía nerviosa. La enfermedad comienza cuando dicha circulación se encuentra bloqueada, bien en desequilibrio lateral, tomando como eje la columna vertebral, o con problemas de distribución entre las distintas áreas que componen el sistema orgánico.
Los bloqueos en el flujo de energía pueden estar relacionados con causas físicas tales como una alimentación inadecuada, la ingesta de drogas u otros elementos tóxicos, los traumatismos por accidente, pero también se relacionan con toxinas emocionales tales como la tristeza, el estrés, la angustia, el miedo y el pensamiento negativo en sus distintas facetas.Tampoco hay que olvidar las restantes formas de energía y cómo nos afectan, puesto que cuando un órgano no dispone de energía motora, es decir, cuando su potencial celular se ve rebajado, ya no puede reaccionar a los impulsos de control. En el caso de las enfermedades crónicas, todo se halla ralentizado, o lo que es igual, hay una carencia de transformación de energía. Se comprueba así que las energías mal dirigidas son, por lo tanto, una clave en la causa de muchas enfermedades, sobre todo en las de etiología psíquica.Todas las oscilaciones fisiológicas se transforman constantemente en gamas de frecuencia superiores. En las enfermedades el proceso de transformación se halla bloqueado, de manera que las oscilaciones se estancan en un determinado nivel, por lo que no pueden alcanzar su cota máxima de coherencia. Una terapia que tenga éxito debe volver a poner en marcha la transformación y borrar el patrón de frecuencias patológico.
Las terapias energéticas trabajan con los elementos de la naturaleza y los sentidos del paciente en forma natural y holística. Tratan al ser en su totalidad, por medio de ondas lumínicas, sonoras, electromagnéticas, etc., que penetran en cada partícula del ser, devolviéndole la armonía natural, afectando a todos sus cuerpos: mental, emocional, físico y energético.
Además, aparte de los aspectos biomagnético y bioelectrónico, conviene recordar que el organismo contiene un sistema cristalino completo. Intervienen en dicho sistema cristalino las sales celulares, los tejidos grasos, el líquido linfático, los glóbulos rojos y blancos de la sangre, y la glándula pineal. Estas estructuras cristalinas funcionan por resonancia simpática y, a través de ellas, se amplifican las energías curativas de los remedios vibracionales que activan todo este sistema, logrando influir sobre la salud y el bienestar en conjunto.La interacción de los diversos elementos más el contacto directo, le devuelven al organismo la vitalidad perdida, restauran las conexiones neuronales y conducen al bienestar de la persona tratada, siendo la continuidad y un cierto número de sesiones las que aseguren la efectividad del tratamiento.