Reiki

Reiki es una palabra japonesa que significa "energía vital universal" (rei, universal y ki, energía vital), y sirve para designar a una disciplina que se dedica a conservar o reestablecer el equilibrio de una persona con base en la idea de que existe una fuerza esencial que fluye en el universo y en todo ser vivo, a la que es posible manipular.

De acuerdo con esta idea, un individuo que posee altos niveles de ki se encontrará en equilibrio y será optimista y creativo, en tanto que si este componente energético es bajo da pie al surgimiento de enfermedades y desequilibrio emocional. Una de las maneras en que el ser humano puede reabastecerse de vitalidad es mediante el sistema reiki.

Esta técnica, que consiste en ejercer ligeras presiones en el cuerpo, se complementa con tratamientos de medicina convencional (alópata) para aliviar enfermedades crónicas, aunque también suele ser eficaz para dolores, estrés o sufrimiento intensos, recuperación de una mujer que ha dado a luz, momentos de crisis y depresión, así como para aliviar las angustias que genera el duelo por la pérdida de un ser querido, recuperar la vitalidad en la tercera edad o aliviar la presión que se genera antes de emprender un viaje o realizar un examen.

¿Cómo actúa?

Los sistemas de circulación energética en el cuerpo humano son de tradición milenaria en distintas culturas, aunque en fechas recientes destacan más las nuevas vertientes desarrolladas en oriente. Así, aunque el reiki se originó a principios del siglo XX en Japón, de mano del monje budista Mikao Usui, se basa en conocimientos ancestrales y el estudio de antiguos documentos conservados en el Tíbet en lengua sánscrita (idioma sagrado y muy antiguo de la India).

Dada la efectividad de esta técnica, también conocida como sistema Usui de curación natural, se inició la expansión de su enseñanza por todo el mundo a partir del decenio 1970-1980. Desde entonces los maestros reiki han desarrollado nuevas técnicas y métodos, pero conservando la esencia inicial: sanar al ser humano para aumentar su paz mental y alegría de vivir al experimentar unión de cuerpo y alma.

Un tratamiento de reiki es un proceso simple pero poderoso en el que el profesional en esta materia canaliza la energía al apoyar suavemente sus manos justo encima del cuerpo del paciente o a distancia, pero siempre en posiciones de comprobada eficacia. El terapeuta puede equilibrar, armonizar y desbloquear el flujo energético al dirigir el ki a lugares específico del cuerpo, aunque también es posible que con mínima intervención el paciente realice esta labor de manera inconsciente.

Las sensaciones experimentadas durante un tratamiento de reiki son diferentes para cada persona. Muchos hablan de agradable sensación de calor y hormigueo en el área tratada, así como relajación y bienestar general hasta que se alcanza un equilibrio natural. En pocos minutos es posible disolver fatiga, estrés y agotamiento, incluso durante la sesión pueden aparecer ideas nuevas, recuerdos o inspiración para el futuro, aunque el tratamiento de un problema crónico puede necesitar varias sesiones.

Otra de las bondades del reiki consiste en que cualquier persona puede aprenderlo para sí mismo y aplicar su poder terapéutico en su beneficio y de sus seres cercanos, de modo que logre una mejoría notable y progresiva en su estado de salud, memoria, apariencia física, sistema inmunológico, creatividad y autoconocimiento.

Los más fervientes seguidores del sistema Usui de curación natural sostienen que iniciarse en la práctica directa del reiki es el comienzo de una etapa de equilibrio en la vida, aunque también es suficiente con recibir el auxilio de alguien experimentado en la materia. No obstante, en ambos casos existe una serie de claves que permiten distinguir cuando el maestro o terapeuta, según sea el caso, es el adecuado para la enseñanza o para sanar:

1-No hace falta desnudarse si usted no lo desea, debido a que el ki traspasa todos los tejidos. Dude de quien lo obligue a despojarse de su ropa.
2-Tampoco es estrictamente necesario el contacto directo, pues el reiki se dirige primeramente a mover energía, no materia.
3-Esta técnica se debe realizar en un lugar limpio, ventilado y armonioso; el lugar puede encontrarse ambientado con incienso, velas y música relajante. Si el lugar no es de su agrado puede retirarse.
4-Al empezar y al finalizar su labor, el experto en reiki debe lavarse siempre las manos, que son su herramienta fundamental.
5-Un maestro o terapeuta del sistema Usui de curación no descarta la combinación de su técnica con otras medicinas o actividades para obtener mayores resultados.
6-El profesional de reiki canaliza las energías curativas al paciente y a través de esto logra alivio, pero no diagnostica enfermedades.


Esta terapia equilibra y restaura la salud física y mental, y además no tiene efectos secundarios. Reiki es, por tanto, una manera segura y natural de tratar enfermedades.


Estudio realizado en pacientes oncohematológicos en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid.


Reiki y Terapias alternativas en Ourense:

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