Iniciarse en a práctica de la meditación

¿En dónde meditar?

Puedes elegir cualquier lugar de tu preferencia, ya sea un ambiente natural o un sitio cerrado.
Si eliges el ambiente natural puede ser en un parque, en la playa, frente a una puesta de sol, de día para absorber la energía del sol, o de noche para impregnarte de la magia de la luna.

Si te es más fácil el acceso en sitios cerrados, por ejemplo en tu casa, entonces puedes ambientar el sitio con velas, música, incienso, etc.
Cabe mencionar que los agentes externos como la música y las velas, nos brindan una mejor disposición mental sobre todo cuando apenas nos estamos iniciando, pero no son necesarios ni determinantes. La energía la recibimos por estados dimensionales y no tiene nada que ver con apoyo extra.

Algunos consejos

La meditación es un ejercicio que necesita de constancia; a continuación hacemos una lista de algunos puntos que debemos seguir:

- Se debe buscar un ambiente lo más tranquilo y apartado de distracciones que nos sea posible. Siempre busca el silencio, que nada interrumpa tu meditación. Aléjate de ruidos tales como el teléfono, timbres, aviones, etc.

- Existe una amplia gama de posturas dependiendo de las diferentes corrientes o religiones, a este respecto te diré que lo único importante de una postura es que te sea cómoda, que nuestro cuerpo esté relajado, es decir, que nuestra meditación no se vea interrumpida por incomodidades de la misma posición. Una muy utilizada es una pose sentada con la espalda erecta. Esta es una postura que nos ayuda a mantenernos relajados pero alertas. Puedes meditar acostado, sentado en una silla o directamente en el suelo, con cojines, en posición de flor de loto…

- Debemos tener un objeto sobre el cual enfocar la atención. Este puede ser una imagen, o bien una palabra o frase que repetimos constantemente, ya sea mentalmente o en alta voz. El objeto sobre el cual enfocamos la atención también puede ser una acción o nuestra propia respiración.

- Debemos adoptar una actitud pasiva y receptiva. El forzarnos a concentrarnos resulta contraproducente. Durante nuestras meditaciones seguramente nos surgirán pensamientos extraños de todo tipo que nos pueden distraer de nuestro propósito. En lugar de luchar activamente para que no surjan dichos pensamientos lo mejor es simplemente darnos cuenta de que están ahí y gentilmente dejarlos ir sin involucrarnos en ellos a la vez que tranquilamente volvemos a nuestro foco de atención.



Respiración diafragmática completa

Ejercitar la respiración consciente es, por si sola, una buena forma de relajación, y constituye la base necesaria para iniciarse en cualquier otro tipo de relajación o meditación. Un ejercicio básico es el siguiente:

1-Túmbate de espaldas con los ojos cerrados.

2-Respira profunda y silenciosamente por la nariz inhalando y exhalando.

3-Al inhalar, imagina que impulsas el aire más allá de los pulmones, hasta llegar a lo más alto de la clavícula.

4-Al exhalar, haz salir todo el aire hasta que el abdomen quede totalmente plano y contraído.

5-Procura que la exhalación sea más larga que la inhalación, e intenta mantener una respiración circular, es decir, sin que haya una pausa de ruptura entre las inspiraciones y las expiraciones.

6-Realiza los pasos anteriores durante al menos 5 minutos, y ve aumentando el tiempo según tu gusto y necesidad. No hay un tiempo máximo para la práctica.

7-Mantente un rato tumbado mientras se normaliza de nuevo tu respiración y observa las sensaciones de tu cuerpo.

8-Poco a poco abre los ojos y tómate un tiempo para volver a la realidad y levantate. Disfruta ese momento.

Esta respiración se practicará en períodos de 5 minutos cada vez. Una vez que estés cómodo con esta técnica, experiméntala sentado, con las piernas cruzadas, es una buena preparación para empezar a meditar.