Terapias energéticas, ¿cómo funcionan?



El funcionamiento de las terapias energéticas consiste en estimular al cuerpo “enfermo” para que despierte las fuerzas autocurativas que le son innatas. Todos los seres vivos tienen esas fuerzas autocurativas que les mantienen alejados de la enfermedad o los libran de ella. El hombre en ese sentido es un ser idéntico a los demás, pero el tipo de vida que llevamos en las sociedades más “desarrolladas” (concepto que daría mucho que discutir) hace que las personas cada vez estemos más lejos de nuestra propia naturaleza y perdamos, no sólo el pelo y los instintos superiores, sino también la capacidad de mantenernos sanos.

¿Y qué es mantenerse sano? Es encontrarse a gusto con uno mismo; estar bien físicamente, mentalmente y espiritualmente. Cuando alguno de estos ámbitos falla, todo falla, el terreno comienza a abonarse para que se asiente la enfermedad, comenzando por los niveles más sutiles o energéticos y desarrollándose finalmente a nivel físico. En ese momento es cuando se nos ocurre ir al médico, pero él sólo nos podrá ayudar a remover los síntomas físicos de la enfermedad en el mejor de los casos. En el peor, fracasarán todos los esfuerzos y medicamentos porque la causa de la enfermedad continuará sin resolverse. Entre medias de ambos extremos, la mayoría de las veces, lograremos curarnos tras largos tratamientos farmacológicos cargados de efectos secundarios porque la capacidad autocurativa del cuerpo está mermada o bloqueada.

Por estos motivos, volviendo al concepto de que las terapias de energía ayudan a estimular las fuerzas curativas del organismo, es por lo que este tipo de terapias sirven prácticamente para todo. Ante cualquier enfermedad o proceso previo que amenace la salud, las terapias energéticas, tanto si actúan solas como si complementan tratamientos médicos, operarán siempre en beneficio de la persona de varias maneras:

Restituyendo las capacidades autocurativas del organismo y fortaleciendo el sistema inmunológico.

Restaurando el nivel de vibración correcto a las zonas afectadas mediante la acción directa o refleja sobre dichas áreas.

Propiciando el equilibrio mente–cuerpo necesario para resolver los conflictos internos, muchas veces inconscientes, que facilitan el desarrollo de la enfermedad.

Eliminando el estrés propio de la situación de enfermedad y aportando calma y paz para afrontar el proceso de curación.



Entonces... ¿qué se puede tratar con las terapias energéticas?

Se pueden tratar con terapias energéticas prácticamente todos los problemas de salud. En unos casos obtendrán éxito por si solas y en otros deberán acompañar al tratamiento médico convencional, pero sus resultados siempre serán favorables.

Las terapias de energía trabajan con el paciente de forma natural y holística, afectando a todos sus cuerpos y devolviéndole la armonía natural propia de un organismo sano y equilibrado.

Son especialmente efectivas para eliminar problemas como estrés, ansiedad, depresión, alteraciones emocionales, falta de autoestima, fatiga, debilidad generalizada, insomnio, tensión nerviosa o muscular, etc.

Alivian los síntomas de enfermedades crónicas y solucionan numerosas afecciones comunes evitando la ingesta de fármacos o aumentando notablemente sus efectos, lo que disminuye la dosis necesaria y reduce el tiempo de convalecencia.

Además, independientemente del estado de salud, constituyen por sí solas un estupendo medio de prevención y bienestar.